Testigos de Jehová (1ª parte)

Los Testigos de Jehová a menudo tratan con cristianos y necesitan saber qué creemos. Las publicaciones de la Sociedad Watchtower instan a las personas a estudiar estas creencias:

Necesitamos examinar, no sólo lo que creemos nosotros, sino también lo que enseñan otras organizaciones religiosas con las que nos relacionamos. ¿Están sus enseñanzas en total armonía con la Palabra de Dios, o se basan en tradiciones de hombres? Si amamos la verdad, no hay por qué temer tal examen” (“La Verdad que conduce a la vida eterna”, 1968 y 1981, página 13; “La Atalaya”, 15/03/69, página 166).

Hemos reunido pasajes bíblicos que determinan nuestras creencias, particularmente sobre temas en los que nuestra doctrina es diferente a la de los Testigos de Jehová. Aplica el criterio de la Sociedad Watchtower que hemos citado y juzga por ti mismo si nuestra posición está o no “en total armonía con la Palabra de Dios”.

Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.” (2 Tim 3,16-17)

Recuerda lo que afirma la Watchtower: “Si amamos la verdad, no hay por qué temer tal examen”. En la Biblia se señala a la Iglesia de Berea como un ejemplo digno de seguir, porque allí la gente fielmente y “diariamente examinaban las Escrituras para ver si las cosas eran así” (Hch 17,11). Examina así también lo que hemos escrito. No pongamos la palabra de ningún hombre por encima de la Palabra de Dios. ¡Eso realmente mostrará que amamos a Dios! "El que me ama hace caso a mi Palabra; y mi Padre le amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él. El que no me ama no hace caso a mis palabras. Las palabras que estáis escuchando no son mías, sino del Padre, que me ha enviado" (Jn 14,23-24).

 

Orígenes 

 

Todo comienza en Estados Unidos a finales del siglo XIX, con un joven de 19 años llamado Charles T. Russell. Nació en 1852 de una familia presbiteriana y pronto se adhirió a los adventistas de los que tomó, modificándolas a su aire, algunas de las creencias que más tarde serían básicas en los Testigos de Jehová.

Russell era un hombre literalmente atormentado por muchas cosas y entre ellas destaca la Francmasonería. En la manzana donde él tenía la primera tienda de ropa para caballeros había varios salones masónicos ante cuyas puertas tenía que pasar de camino a casa (es curioso que los lugares de reunión de los Testigos de Jehová se llamen también salones, y tanto ellos como los masones digan: ¡Vamos al Salón!).

La lectura de los archivos compilados sobre su “obra” nos muestra muchos comentarios que él hizo y que confirman sin ninguna duda que Russell puso a la masonería en el mismo nivel que las grandes denominaciones cristianas de su época. Cuando en sus archivos Russell habla de las grandes religiones, incluye en ellas a la masonería. En otros comentarios que hizo ante miles de oyentes, “el Pastor Russell” unió a las grandes religiones con la Francmasonería en un sincretismo que solo los masones abogaban.

Russell dio numerosos discursos en templos masónicos donde su conocimiento asombroso de esta organización esotérica unido a los símbolos que podemos descubrir o encontrar por todas partes de sus publicaciones nos muestra que si no era un miembro de aquella gran sociedad secreta que es la Francmasonería, al menos estaba impregnado hasta la médula de la influencia masónica que se respiraba en el ambiente de su ciudad natal de Pensylvania.

Entre los símbolos más importantes que Russell atribuyó a la masonería estaba la Gran Pirámide de Egipto, por medio de la cual pretendió entender toda la cronología del mundo, los períodos proféticos y las profecías acerca del año 1914 que había tomado prestado del movimiento del siglo XIX.

A pesar de los esfuerzos de los dirigentes de los Testigos de Jehová en ocultarlo, Russell, tanto en vida como en muerte, quedará enlazado para la eternidad con la verdadera fuente doctrinal de los Testigos de Jehová que evidentemente no es la Biblia como los Testigos de Jehová de base piensan, sino la filosofía y los secretos esotéricos de la masonería en busca de un “nuevo orden” mejor mezclado con doctrinas escatológicas, como veremos a continuación.

No nos engañemos ni se dé nadie al engaño, los Testigos de Jehová no son de origen divino, sino de origen masónico. Eso es tan evidente que no podemos negarlo a la luz de los numerosos descubrimientos que pululan y afloran sin parar desde que la caja de Pandora de los Testigos de Jehová se abrió y no precisamente por su voluntad. No por lo que leemos, sino también por lo que vemos. En este apartado, haremos sitio a lo que dijo el apóstol Tomás de ver para creer.

A continuación vamos a “ver”; se trata de unas fotografías que permiten no sólo ver la pirámide masónica que tanto amaba Russell y que fue erigida a su muerte como memorial por la Organización de los Testigos de Jehová, sino también otros símbolos esotéricos que han acompañado siempre a esta sociedad llamada Watchtower. Es detrás de la pirámide de Russell donde encontramos el secreto mejor guardado en la historia de la Watchtower y los Testigos de Jehová.






Como se puede comprobar, la pirámide ocupa un lugar de honor en medio de los primeros testigos de Jehová como un símbolo primordial. Era el símbolo de la fe de Russell y de sus discípulos. Observamos la pirámide masónica de la Watchtower con el detalle del emblema masónico de la cruz en la corona, utilizado durante 40 años por esta Sociedad. Vemos también la lápida de Russell que lleva el medallón con su foto junto a la pirámide de la Watchtower, que nos permite ver bajo la corona la abreviatura IBSA ("Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia") en inglés.

Esta pirámide que está erigida en el entorno del que hoy es el complejo masónico más grande de Pittsburg, es también un monumento a las palabras de Russell que calificó la pirámide como el símbolo más importante de la masonería.


Vinculaciones ocultistas de la Watchtower


La Watchtower tiene desde sus orígenes muchos puntos ocultistas en común con la masonería. Russell, que ya hemos visto que admiraba las sociedades secretas masónicas, usó algunos de los emblemas de los masones como “la cruz en la corona”, que era el símbolo de la logia masónica conocida como los “Caballeros Templarios” que aparece también en la portada de su revista “Zion´s Watch Tower”, además de decorar la cumbre de la pirámide construida por la Watchtower.

Otro símbolo ocultista usado en la literatura de la Watchtower al igual que en la masonería, es “el disco alado”, símbolo del dios-sol (RA) que fue utilizado en la portada de sus libros (“Estudios de las Escrituras”).




Observamos el símbolo del disco alado en la fachada del Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Queens, Nueva York y en la portada del libro de la Watchtower, "Estudios de las Escrituras".

Existe un libro titulado “La Watchtower y los Masones” escrito por Fritz Springmeier, que menciona más de 13 puntos análogos de los Testigos de Jehová con la masonería. En el “Reporte de la Asamblea Especial de 1913”, Russell expresaba su total apoyo a la masonería. Sin embargo, como hemos podido comprobar, la Gran Pirámide era el punto de coincidencia más importante entre los masones y la Watchtower.

Por casi cinco décadas (desde 1879 hasta 1928) fue una enseñanza central de la Watchtower, que la Gran Pirámide de Gizeh en Egipto era un testimonio a la par de la Biblia, significando “La Piedra Testigo y Profeta de Dios”, también llamada por Russell “La Biblia en Piedra”. Dijo que serviría para revelar los secretos del futuro y para dar la clave para el entendimiento de la Biblia. Él proclamó que el año 1914 (fecha para el fin) estaba indicado en la Gran Pirámide de Gizeh. También declaró que “Dios estableció la Gran Pirámide en Egipto” (“Zion´s Watch Tower”, septiembre 1883, página 525).

En “Estudios de las Escrituras III”, capítulo 10 de Russell encontramos el artículo denominado “El Testimonio Divino del Testigo y Profeta de Piedra: La Gran Pirámide de Egipto”, la evidencia más clara de todo esto. También en “La Atalaya” del mes de junio de 1912, encontramos el discurso pronunciado por Russell con ocasión de su segunda visita a la Gran Pirámide (“Un Testigo de Dios: La Gran Pirámide de Egipto”).

Rutherford continuó enseñando esta falsa doctrina de la Gran Pirámide por doce años más hasta 1928 (“La Atalaya”, 15/05/25, página 148) y en noviembre de 1928 asombrosamente declaró que la Gran Pirámide ahora era obra de Satanás y no de Dios (“La Atalaya”, 15/11/28, página 344).

La realidad de las pirámides estaba ligada a fórmulas ocultistas de la religión pagana egipcia, siendo ésta politeísta por naturaleza. Las pirámides por su forma simbolizaban la escalera que llevaba al faraón hacia RA, el dios sol.

Russell declaró: “Una verdad presentada por Satanás mismo es correcta como verdad, como una verdad declarada por Dios... Acepte la verdad donde quiera que la encuentre, sin importar lo que contradiga” (“Zion´s Watch Tower”, julio 1879, páginas 8-9).

Obviamente esta filosofía de Russell no procede de Dios e hizo que se introdujera en el campo del ocultismo buscando “la verdad”. Incluso en la Asamblea de 1914 en el Asbury Park, la Watchtower señaló el zodiaco y el horóscopo como parte del plan de Dios, el cual fue planteado como “El Divino Plan de las Edades con la Correspondencia Estelar”.

El estudio esotérico de la Gran Pirámide ha sido el fundamento para varias sectas y grupos ocultistas, los cuales han usado manipulaciones numéricas para diversos fines. Hoy día, grupos ocultistas de Nueva Era han afirmado que los constructores de las pirámides fueron extraterrestres y además, por su forma, que tienen propiedades curativas. Pero todo esto ha resultado ser un fraude y un gran timo.

Los hechos muestran que el fundador de los Testigos de Jehová, Russell, utilizó creencias ocultistas en su afán de interpretar las Escrituras. En su anhelo de fijar una fecha del retorno de Cristo y el fin del mundo, él se valió de un andamiaje ajeno a la Biblia y de carácter esotérico, usando conceptos gnósticos, de numerología, astrología y piramidología, en este intento de predecir el futuro.

El concepto de “Tiempo de los Gentiles” de 2520 años (desde el año 607 a.C. hasta el año 1914 d.C.) para predecir el retorno de Cristo y el fin de los gobiernos humanos es un claro ejemplo de esto (numerología), que quedó recogido en el libro “The Time is at Hand” (“El Tiempo se acerca”) en las páginas 98 y 99.

En 1920, Rutherford hace una serie de cálculos numéricos para sus especulaciones proféticas en su libro “Millones que Ahora Viven Jamás Morirán” (páginas 87-88).

La práctica ocultista numérica de predecir el futuro (Armagedón) y el fin del mundo, usando cronologías, fórmulas numéricas, etc. ha continuado hasta hoy día por la Watchtower. Por ejemplo, en 1966 anunció en su libro “Vida eterna en Libertad de los Hijos de Dios” (página 29) que la cronología bíblica indicaba que los “seis mil años desde la creación del hombre terminarán en 1975, y que el séptimo período de mil años de la historia humana comenzarán en el otoño de 1976 E.C.”. Y con esto se esperaba por los Testigos de Jehová que el reinado milenial de Cristo sobre la tierra comenzara en 1975.

El hecho de que la Biblia haya dado futuras predicciones basadas en tiempos además de usar ciertos números con significado, no justifica el uso de especulaciones cronológicas proféticas o fórmulas numéricas que no tienen ningún apoyo en la Biblia, sino que se basan en símbolos e interpretaciones ocultistas.

Otro ejemplo de práctica ocultista numérica la encontramos en el año 1874 con relación al tiempo del Fin. La Watchtower proclamó por muchos años que en 1874 Cristo había regresado invisiblemente, usando las medidas (números) del Tabernáculo (“Watch Tower”, 15/05/19, página 159).

Otro ejemplo más de las vinculaciones ocultistas de la Watchtower es el libro “Ángeles y Mujeres” (diario íntimo de una mujer de antes del Diluvio). El manuscrito original fue publicado en 1878 por la señora J.G.Smith con el título “Seola”. Se trataba de un libro de “escritura automática” que fue “dictado” a esta mujer que lo escribió, por medio de uno de los ángeles caídos que deseaba volver al favor divino.

El libro llegó a las manos de Russell, Rutherford, Woodworth y Ed Brenisen, afectando a los cuatro de una manera sobresaliente. El efecto causado sobre estas personas responsables de la Watchtower fue tan grande que, ocho años después de la muerte de Russell, en 1924, este inquietante libro dictado desde “el más allá” fue revisado de nuevo por Rutherford, Woodworth (editor de la revista “Despertad” que reconoció haber estado durante algún tiempo bajo la influencia y el control demoníaco, tal y como lo manifestó en su intervención de 1913 en la Asamblea de los “Estudiantes de la Biblia” en Asheville, Carolina del Norte), Brenisen y otros “Estudiantes de la Biblia” (Testigos de Jehová) para ser publicado de nuevo bajo el título: “Ángeles y Mujeres”.

La Sociedad Watchtower no lo editó en su imprenta sino en una de Nueva York que posiblemente pertenecía a Brenisen, aunque este dato es algo confuso y se dice que la Watchtower también tenía algo que ver con la propiedad de esta imprenta. Sea como sea, recomendó su compra y su lectura en dos revistas de “La Edad Dorada” (ahora “Despertad”) y tuvo una enorme influencia sobre la posición de la Sociedad Watchtower ante el ocultismo y sobre lo que ocurrió antes del Diluvio, influencia ideológica que se extiende claramente hasta hoy (“La Edad Dorada”, 30/07/24, página 702; 13/04/32, página 431), expresada en muchas ocasiones por medio de multitud de ilustraciones en sus publicaciones.

La Watchtower estuvo de acuerdo en recibir “nueva luz” por medio de un “demonio bueno”, según sus propias declaraciones, ya que provenía de un ángel caído “sincero” que dictó este libro a su autora (médium espiritista). Por consiguiente, este es otro ejemplo claro de que Rutherford y la Sociedad Watchtower se vieron involucrados en el ocultismo y en el espiritismo, participando directamente en él.

Si eres o has sido Testigo de Jehová podrás comprobar que este libro sí tuvo o tiene influencia en tus creencias, porque a través de él se fue dando una visión muy sesgada acerca del mundo de los ángeles (gigantes que murieron ahogados en el Diluvio, ángeles que se acostaban con las mujeres y que se desmaterializaron para no ahogarse en el Diluvio y que ahora no pueden materializarse pero son nuestros vecinos en la atmósfera terrestre, etc...).


Conceptos gnósticos


Los Testigos de Jehová insisten que es necesario “adquirir conocimiento” para llegar ser salvo y se basan en una traducción falseada hecha por ellos mismos de Juan 17,3 que dice:

“Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tu enviaste, Jesucristo.” (Traducción del Nuevo Mundo)

Otras Biblias dicen:

“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo.” (Biblia de Jerusalén)

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, él único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Reina-Valera)

“Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tu enviaste.” (Dios Habla Hoy)

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (La Biblia de las Américas)

Las palabras que se traducen “conozcan” viene de la palabra griega GINOSKO, que significa conocer, entender, llegar, reconocer, saber, sentir, ver (“Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento” por W. E. Vine). La palabra “conocer” indica comunión, intimidad como las relaciones íntimas de un matrimonio; esta palabra griega la usa el escritor inspirado en Mateo 1,24-25:

“Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía (griego: GINOSKO) hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús.” (Biblia de Jerusalén)

“Cuando José despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y tomó a María por esposa. Pero no hicieron vida conyugal hasta que ella dio a luz a su hijo, al que José puso por nombre Jesús.” (Dios Habla Hoy)

Con esto en mente se puede comprender mejor el texto de Juan 17,3 que indica que la vida eterna está en tener una relación personal íntima con el Señor y no lo que la Watchtower pretende. Esta concepción de adquirir conocimiento es un concepto gnóstico y no cristiano. El ladrón que murió al lado de Jesucristo, no tuvo tiempo para estar “adquiriendo conocimiento” para su salvación, sino que se arrepintió y comenzó esta relación personal con el Señor.

Con relación a la enseñanza de la Sociedad Watchtower del retorno invisible (retorno oculto) de Cristo en 1914, ellos declaran que solo la pueden discernir aquellos que tengan este conocimiento especial. Y este criterio de un grupo con un cierto conocimiento especial es un clásico concepto gnóstico.

Después de la muerte de Russell en 1916, la Sociedad declaró que, aunque él había muerto, se mantendría dirigiendo la obra de los Testigos desde el cielo. En el libro “El Misterio Terminado” con relación a la interpretación de Apocalipsis 8,3 dijo:

“(Apocalipsis) 8,3… este versículo muestra que, aunque el Pastor Russell ha pasado más allá del velo, él está todavía manejando cada rasgo de la obra de la cosecha.” (“Estudios de las Escrituras VII”; “El Misterio Terminado”, Edición 1917, página 144)

Hoy día en su libro “Apocalipsis: su Culminación”, declaran con relación a los ungidos muertos:

“…los ungidos ya en el cielo… están implicados en comunicar verdades divinas hoy día.” (“Apocalipsis: su Culminación”, 1988, página 125)

Esta creencia de “humanos muertos que se comunican con los vivos”, es un concepto ocultista espiritista y no cristiano. La Sociedad Watchtower mantiene claramente puntos comunes con el ocultismo:

-Han citado deliberadamente a la "Biblia" espiritista de Johannes Greber como autoridad para respaldar su traducción de Juan 1,1.

-La esencia del gnosticismo permanece en la Watchtower en forma de doctrina como la negación de:

* La divinidad de Cristo

* De la Trinidad

* La existencia del infierno

* Otras

-Además de otras doctrinas de demonios sostenidas tanto por la Watchtower como por el ocultismo:

* El Arcángel Miguel es un dios

* El cuerpo físico de Cristo no fue resucitado

* El cuerpo de Jesús fue desmaterializado

* La Iglesia Cristiana no esta predicando el evangelio

-Imágenes ocultas en algunos de los dibujos e ilustraciones de la literatura de la Sociedad Watchtower.

Unas palabras del apóstol Pablo nos exhortan en 2 Cor 11,4:

Pues, cualquiera que se presenta predicando otro Jesús del que os prediqué, y os proponga recibir un Espíritu diferente del que recibisteis, y un Evangelio diferente del que abrazasteis ¡lo toleráis tan bien!.

Una interpretación ocultista de las Escrituras conduce a un Jesús diferente, a un espíritu diferente y a un evangelio diferente; es una trampa de las tinieblas para que no conozcan al verdadero Jesús, el Jesús de la Biblia que es el infinito Dios hecho hombre que dio su vida por ti, para que tuvieras vida eterna. El apóstol Juan afirma:

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna” (1 Juan 5,11-13).


El secreto mejor guardado


Gracias a Internet, la verdadera historia de los orígenes de los Testigos de Jehová está resurgiendo de la oscuridad. Sus dirigentes no pueden controlar la información ni impedir que los Testigos de base se asomen a la ventana de la red cuando llegan a sus hogares y no se sienten presionados por la mirada atenta de los “ancianos”. Aquellos que tienen el valor y la curiosidad de asomarse a este medio de información sin censuras descubren con ojos asombrados quedándose boquiabiertos cuando descubren todo el secretismo y los enormes esfuerzos que la Sociedad Watchtower ha ido haciendo sistemáticamente y a través de su breve historia para ocultar los hechos relacionados con su fundador Charles T. Russell. Secretos que son cada vez más obvios.

Existe un número creciente de individuos que tienen pasión por conocer la historia oculta de los Testigos de Jehová. Una historia que, gracias a Internet y otros medios de información, no deja de revelar sus misterios que hasta hace poco eran prácticamente impenetrables. Las investigaciones acerca de Russell avanzan cada vez más y revelan la verdadera naturaleza de este hombre y de las tres Sociedades que fundó, aunque muchos Testigos solo se refieran en su ignorancia a una sola de ellas, la Watch Tower Bible and Tract de Nueva York con sede en Brooklyn. De hecho, la mayoría de los Testigos de base hablan de “la Sociedad” como si de una sola se tratara y la mayoría permanece en ignorancia absoluta de que actualmente son seis las Sociedades, y eso desde octubre del año 2000.



En 1909 Russell estableció la oficina central de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract de Nueva York en su sede actual de Brooklyn. La Sociedad daba cauce a toda su actividad, convirtiéndose en una impresionante empresa editorial a la americana con ganancias astronómicas.

En 1879 nace la revista que hoy se llama “La Atalaya” con una tirada de más de 16 millones de ejemplares en unos 100 idiomas. Al principio, la impresión se realizaba en empresas comerciales; a partir de 1920 empezaron a usar imprentas propias, y desde 1927 “se comenzó a producir mucha más literatura en el edificio fabril de ocho pisos de Brooklyn, Nueva York, que era propiedad de la Watchtower Bible and Tract Society de Nueva York, Inc. Esto ahora se ha desarrollado en un complejo de seis edificios, y a no mucha distancia en Brooklyn hay otros edificios que alojan a los 1800 trabajadores que se necesitan para tener en funciones los medios de imprenta. Además de esto cerca de Wallkil, al norte en el estado de Nueva York se mantiene una combinación de granja y fábrica que aloja a 600 trabajadores. Esta se encarga de imprimir las revistas “La Atalaya” y “¡Despertad!” y produce alimento para 2400 trabajadores voluntarios; éstos reciben una mesada mensual de 20 dólares cada uno para cubrir sus gastos accesorios” (“Los Testigos de Jehová en el Siglo XX”, 1979, página 9).

Pues ya vemos: 2400 trabajadores, que producen con su trabajo su propia comida, y que no le cuesta a la Sociedad más allá de 20 dólares al mes por cada uno. Son trabajadores “voluntarios”, y por supuesto hoy lo tienen todo ampliado, perfeccionado e informatizado. Sólo las revistas “La Atalaya” y “Despertad” tienen una tirada conjunta de más de 30.000.000 con gastos de distribución mínimos y un ejército de alrededor de 4.000.000 de vendedores, que no sólo no cobran, sino que ellos mismos tienen que pagar sus compras. Con los libros pasa lo mismo, sólo la Watchtower puede escribir y editar libros, y todos los Testigos tienen que comprarlos porque serán objeto de estudio en el Salón del Reino.

Las ediciones son millonarias, y los vendedores convertidos en compradores, redondean el negocio. Del libro “La verdad que lleva a Vida Eterna” (1968), se imprimieron 74.000.000 de ejemplares en 91 idiomas; “Usted puede vivir para siempre en el Paraíso en la Tierra” (1982), 42.000.000 en 90 idiomas; 13.700.000 ejemplares de “Sobrevivientes” (1984) en 40 idiomas. Fantásticas cifras para cada libro, y todo impreso en la central de Brooklyn con los escasos gastos ya dichos. La Biblia, traducción del Nuevo Mundo (1961), se presenta en español con dos ediciones de 500.000 ejemplares cada una. Ya se comprende que el negocio sube a ¡miles de millones de las antiguas pesetas anuales!

Los precios de los libros son ciertamente bajos, pero casi todo son ganancias.

Mientras en la Iglesia Católica, por ejemplo, cualquier católico entendido puede publicar los libros cristianos que quiera, traducir la Biblia corriendo con las ganancias o las pérdidas; ningún Testigo de Jehová de a pie publicará a su costa un libro acerca de sus doctrinas, eso es de competencia exclusiva de la Watchtower.

Contra lo que cabría esperar en un movimiento religioso, los Testigos de Jehová tiene la forma legal de una sociedad anónima (multinacional), la Sociedad Watchtower, cuyas acciones están repartidas únicamente entre los dirigentes de la misma sin que los Testigos de base (pese a mantenerla con su trabajo de venta de literatura y sus aportaciones económicas) tengan sobre ella el más mínimo poder decisorio. El nombramiento del presidente y demás miembros del Cuerpo Gobernante se rige no por principios espirituales, sino por el mayor o menor número de acciones del que dispongan.