Testigos de Jehová (3ª parte)

El fin del mundo y los falsos profetas


Los Testigos de Jehová inicialmente anunciaron que la presencia de Cristo se había producido en 1874 (“Estudios de las Escrituras II”, página 239; “Estudios de las Escrituras III”, página 234) si bien no comenzó a reinar terrenalmente hasta 1878 (“Estudios de las Escrituras IV”, página 621). Se afirmaba también que los seis mil años de historia humana concluían en 1874 (“Estudios de las Escrituras VII”, página 301). Así mismo se insistía en que el año 1914 sería el Fin del Mundo, debiendo concluir en esa fecha todos los gobiernos humanos (“Estudios de las Escrituras II”, páginas 98-99) puesto que en ese año tendría lugar la gran batalla del Dios Todopoderoso de la que habla Ap 16,14 (“Estudios de las Escrituras II”, página 101) y se establecería el Reino de Dios en la tierra (“Estudios de las Escrituras III”, página 126). Además, en 1914, debería desaparecer la Cristiandad (“Estudios de las Escrituras III”, página 153; “Estudios de las Escrituras VII”, página 58). Para hacer esta afirmación Russell no solo pretendía utilizar la Biblia sino también las medidas de la Gran Pirámide (“Estudios de las Escrituras III”, 1903, página 342).

Ante el estrepitoso fracaso de la profecía, la Watchtower anunció que el Fin del Mundo se produciría en 1918. En ese año, la Cristiandad debería ser aniquilada (“Estudios de las Escrituras VII”, página 398) y se produciría la batalla de Armagedón (“Watchtower”, 01/04/15, página 5.659). Una vez más, Russell echó mano para apoyar sus cálculos de la profecía de la Gran Pirámide (“Watchtower”, 01/10/17, página 6.149), pero el resultado fue tan desastroso como la vez anterior. Russell no llegaría a contemplarlo (murió en 1916), pero sí lo hizo su sucesor, Rutherford.

Éste no había escarmentado de los errores proféticos de su antecesor porque anunció, ahora para 1925, el Fin del Mundo (“Watchtower”, 01/04/23, página 106) y la resurrección de héroes del Antiguo Testamento como Abraham, Isaac, Jacob y un largo etcétera (“Millones que ahora viven no morirán jamás”, páginas 89-90,97; “Camino al Paraíso”, página 224). La Watchtower llegó incluso a comprar una casa en San Diego (California) para que albergara a los mencionados patriarcas. Posteriormente las autoridades de los Testigos de Jehová han señalado que, en realidad, la finalidad de la casa era proporcionar una residencia de invierno a Rutherford, pero eso no fue lo que se dijo entonces. Lo cierto es que aquella profecía falsa no calmó los deseos de vaticinar de Rutherford. Nuevamente volvió a anunciarse el Fin del Mundo, esta vez coincidiendo con la caída del nazismo alemán (“Watchtower”, 15/12/41, página 377). Por un tiempo pareció que este último fracaso profético había llevado a la Watchtower a moderar sus afanes de anunciar el Fin del Mundo, pero se trataba de un espejismo. La siguiente fecha anunciada fue la de 1975 (“Despertad”, 08/10/68, página 14; “Watchtower”, 15/08/68, página 499; etc.) y, como las anteriores, se reveló como un fraude absoluto.

Un nuevo problema surgía además para las autoridades de los Testigos de Jehová. Desde hacía años se afirmaba que 1914 no era un punto de llegada (como dijo Russell) sino de partida: desde esa fecha debía contarse la generación final. Ahora bien, dado que ésta, según la Watchtower, es de 70 a 80 años, el paso del tiempo señalaba, angustiosamente, que los Testigos de Jehová de base estaban ordenando sus existencias en pos de un fraude evidente. Raymond Franz ha revelado que algunos miembros del Cuerpo Gobernante intentaron cambiar la fecha de 1914 a 1956 para permitir a la Watchtower unas décadas de respiro, si bien la propuesta no tuvo éxito. No obstante, dado el carácter deshonesto de la Watchtower, cabe cualquier posibilidad en cuanto a un nuevo anuncio del Fin del Mundo.

Falsos profetas y criterio bíblico

En el libro del Deuteronomio, capítulo 18, versículos del 20 al 22 se establece el criterio base para discernir a los falsos profetas:

Si un profeta tiene la presunción de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, (...) ese profeta morirá. Acaso vas a decir en tu corazón: ‘¿Cómo sabremos que esta palabra no la ha dicho Yahveh?’ Si ese profeta habla en nombre de Yahveh, y lo que dice queda sin efecto y no se cumple, es que Yahveh no ha dicho tal palabra”.

Russell declaró que Dios avergonzaría a los profetas falsos, haciendo que no se cumplieran sus predicciones (“Estudios de las Escrituras II”, página 239) y que podríamos saber quiénes eran los falsos profetas porque sus profecías no se cumplirán.

Puesto que Russell y los demás dirigentes de la Sociedad Watchtower profetizaron hechos que sucederían en fechas específicas y éstas ya pasaron, debemos hacer lo que sugirieron y comprobar si Dios cumplió las profecías anunciadas por ellos. No hay por qué temer realizar la prueba que ellos mismos propusieron, ya que está en consonancia con lo que la Biblia nos indica que tenemos que hacer (Dt 18,20-22; Hch 17,11; 1 Jn 4,1).

Satanás no querrá que hagas este examen bíblico porque él “es mentiroso y padre de la mentira” (Jn 8,44). Quizás él tratará de que te sientas incómodo respecto a estudiar las Escrituras, si el propósito es comprobar si lo que te han enseñado es verdad; pero debes escuchar a Dios y no a Satanás.

Anuncios proféticos y predicciones

Incluimos a continuación algunos de los errores manifiestos y contradicciones de Russell, Rutherford y otros que establecieron las enseñanzas de los Testigos de Jehová. La mayoría de sus predicciones se basaron en su propia interpretación de la Biblia. Señalaron fechas y lo que en ellas sucedería; tales fechas ya pasaron y ahora podemos saber si las profecías fueron verdaderas o falsas y si se puede confiar o no en las interpretaciones que hicieron de las Escrituras.

1872: El principio del Milenio

Russell declaró que el milenio había empezado en 1872, pero al pasar el tiempo, fue obvio que el milenio no había comenzado en esa fecha; posteriores publicaciones de la Watchtower predijeron que ocurriría en 1975. ¿Fue correcta alguna de estas fechas?

“En este capítulo presentamos la evidencia bíblica de que en 1872 d.C. se completaron seis mil años desde la creación de Adán; por tanto, desde 1872 d.C., hemos entrado cronológicamente en el séptimo millar o el Milenio, el principio del cual, el ‘Día del Señor’, el ‘día de angustia’, será testigo de la destrucción de los reinos de este mundo y el establecimiento del Reino de Dios bajo los cielos.” (“Estudios de las Escrituras II”; “The Time Is At Hand”, 1909 y 1913, páginas 33 y 242; “Venga Tu Reino”, 1905, página 127)

Con el tiempo, resultó obvio que el milenio realmente no había empezado en 1872, así que cambiaron la fecha a 1975.

1874: La Segunda Venida de Cristo

Russell declaró: “La segunda venida del Señor, por tanto, empezó en 1874”. Esto fue dos años después de la fecha que él había indicado para el inicio del milenio. “La segunda venida del Señor, por tanto, empezó en 1874; y esa fecha y los años 1914 a 1918 son fechas señaladas especialmente con referencia a su venida” (“Creación”, 1927, página 310).

Esto se consideraba importante y se repitió de diferentes formas en varios libros: “La prueba bíblica es que la segunda presencia del Señor Jesucristo principió en 1874 d.C.” (“Profecía”, 1929, página 65; “Venga Tu Reino”, 1891 y 1923, página 235; “La Batalla de Armagedón”, 1897 y 1913, página 621; “Estudios de las Escrituras VII” – “El Misterio Terminado”, página 58).

No había evidencias tangibles de que Cristo hubiera venido en 1874, pero Russell lo creyó de todas maneras: “Ciertamente, en la mente de un consagrado hijo de Dios, no hay ni la más mínima posibilidad de duda de que el Señor Jesús está presente y lo ha estado desde 1874” (“Watchtower”, 01/01/24, página 5).

La Segunda Venida de Cristo según la Biblia

La Biblia describe la Segunda Venida de Jesucristo de la siguiente manera:

“Mirad, viene acompañado de nubes; todo ojo le verá.” (Ap 1,7)

“Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo.” (Hch 1,11)

“Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.” (Mt 24,30; ver también Mc 13,26; Lc 21,27; 2 Tes 1,6-10)

¿Sucedieron estos hechos en 1872, 1874, 1914, 1918 o aún en 1975? La Biblia es clara. ¡No habrá duda alguna cuando venga Cristo! Su Venida será visible para todos y atraerá la atención.

Según la Biblia, ¿qué debemos hacer si alguien dice que Cristo vino en una forma secreta que la gente no puede ver?

“Entonces, si alguno os dice: ‘Mirad, el Cristo está aquí o ahí’, no lo creáis. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. ¡Mirad que os lo he predicho! Así que si os dicen: ‘Está en el desierto’, no salgáis; ‘Está en los aposentos’, no lo creáis. Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mt 24,23-27; 24,30; ver también Lc 17,23-24)

La explicación de Russell acerca de una venida invisible, que no deja evidencia alguna, es justamente lo que la Biblia dice que no debemos creer. Él nos ha puesto en una posición difícil. ¡Dios nos ordena que no creamos en esas enseñanzas! ¡Pertenecen a los falsos profetas!

Russell y Rutherford llegaron a la conclusión de que el Reinado de Jesucristo en el Cielo empezó el año 1874 y que el fin del mundo sería en 1914. Posteriormente enseñaron que 1914 no era un punto de llegada sino un punto de partida, en el que empieza a regir el Reino de Dios. Se apoyan en Lc 21,24: “Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles”. Parece referirse a la destrucción de Jerusalén por los romanos, y la ciudad sería pisoteada hasta que se cumpliera su tiempo (el de los romanos), no sabemos cuál, quizás hasta que aceptaran la fe en Jesucristo.

Los Testigos de Jehová enseñan que el pisoteo de las naciones empezó con el destierro a Babilonia y acabó en 1914; sin embargo, esto no tiene sentido debido a que Jesús no estaba hablando del pasado sino del futuro (“será pisoteada”), por lo que no tiene ninguna base bíblica afirmar que Jerusalén ya venía siendo pisoteada 607 años (históricamente es indiscutible que la deportación ocurrió en el 587). Señalan que los tiempos de los gentiles serían “siete tiempos” (2520 años) según el relato del profeta Daniel, en el capítulo 4, versículos 16 al 29; por lo que sitúan el año 1914 como el inicio del Reino de Jesucristo sobre la tierra. El problema de esto es que los “siete tiempos” de Daniel nada tienen que ver con esta historia, ya que son tiempos que han de pasar hasta que Nabucodonosor reconozca que “el Altísimo domina sobre el imperio de los hombres y que se lo da a quien le place” (Dn 4,22). Es una corrección que se hace a Nabucodonosor por su soberbia; por lo que siendo falso el punto de arranque, la conclusión que los Testigos de Jehová sacan de este texto bíblico es más grave todavía.

Señalaron que la generación de 1914 vería el fin del mundo en base a la cita bíblica de Mt 24,34: “Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda”. Sin embargo, el texto no ofrece duda de que se trata de los que están escuchando a Jesús y se refiere a la destrucción de Jerusalén que sucedió en el año 70 d.C. No tiene ningún sentido afirmar que Jesús estaba diciendo: “No pasará esta generación –no la vuestra, sino la de 1914- antes de que las catástrofes que os relato, sucedan”.

Los Testigos de Jehová llegan también a fijar la fecha del fin del mundo partiendo de lo que significa el Milenio. Enseñan que tras el Armagedón empieza el Reino feliz sobre la tierra de mil años, un milenio. En Apocalipsis 20 se habla de estos mil años como un número simbólico, al igual que otros que aparecen en este libro de la Biblia, que sugiere una época ideal que comprende desde la Primera Venida de Cristo al mundo hasta la Segunda y definitiva Venida de Cristo en el día del Juicio Final. Este tiempo expresa la victoria de Dios sobre Satanás iniciado con el nacimiento, muerte y resurrección de Jesucristo, que será definitiva y total al final de los tiempos con la plenitud del Reino de Dios.

1914 y 1915: El fin de la guerra que destruiría los reinos de este mundo y establecería plenamente el Reino de Dios (cuando esto no sucedió en 1914, cambiaron la fecha a 1915)

Al leer las citas de estas profecías, vemos que fueron acerca del fin de una guerra que reemplazaría a los gobiernos humanos con el gobierno de Dios; no fueron predicciones sobre la Primera Guerra Mundial que se inició en 1914 y terminó en 1918, pero que no reemplazó los gobiernos del mundo con el gobierno de Dios. Lo que realmente ocurrió en 1914, a pesar de su importancia, parece que los profetas de la Watchtower no lo previeron en absoluto. Puesto que algo importante sí ocurrió ese año, algunos tratan de inferir que se cumplió la profecía. Pero en ese tiempo los líderes de la Watchtower no difundieron esa interpretación.

Por el contrario, cambiaron la fecha a 1915; eso demuestra que sabían que los sucesos profetizados no se habían cumplido. Las publicaciones de la Watchtower expresaron claramente que las profecías respecto al año 1914 fueron erradas. Vemos que lo anunciado no ocurrió, y que cambiaron la fecha a 1915 en diferentes ediciones del mismo libro.

Edición de 1909

“Ciertamente, declarar, como lo hacemos nosotros, que dentro de los próximos 26 años todos los gobiernos actuales serán derrocados y disueltos, es esperar grandes cosas.”

“En vista de esta poderosa evidencia bíblica concerniente a los Tiempos de los Gentiles, consideramos que es una verdad establecida que el fin definitivo de los reinos de este mundo, y el establecimiento pleno del Reino de Dios, se llevará a cabo al final de 1914 d.C. Entonces, la oración de la iglesia desde que su Señor partió, ‘venga tu reino’, será respondida; y bajo esa administración sabia y justa, toda la tierra será llena de la gloria del Señor, con conocimiento, justicia y paz (Salmos 72,19; Isaías 6,3; Habacuc 2,14); y se hará la voluntad de Dios ‘como en el cielo, así también en la tierra’.” (“Estudios de las Escrituras II” – “The Time Is At Hand”, 1889 y 1909, página 99 y también páginas 76-77, 101 y 245).

El año 1915 pasó también, y la Watchtower tuvo que enfrentar la realidad de que ese año no había traído “el final definitivo de los reinos de este mundo”, ni “el establecimiento pleno del reino de Dios”. En la edición de 1915, por tanto, la fecha se cambió de 1914 a 1915, pero no tuvieron mejor suerte. Cito a continuación de la edición de 1915 que se reimprimió en 1919, que en la introducción admite: “llegamos, sin embargo, a una conclusión falsa que la Palabra de Dios no autorizaba”.

Edición de 1915

“En vista de esta poderosa evidencia bíblica concerniente a los Tiempos de los Gentiles, consideramos que es una verdad establecida que el fin definitivo de los reinos de este mundo, y el establecimiento pleno del Reino de Dios, se llevará a cabo al final de 1915 d.C. Entonces, la oración de la iglesia desde que su Señor partió, ‘venga tu reino’, será respondida; y bajo esa administración sabia y justa, toda la tierra será llena de la gloria del Señor, con conocimiento, justicia y paz (Salmos 72,19; Isaías 6,3; Habacuc 2,14); y se hará la voluntad de Dios ‘como en el cielo, así también en la tierra’.” (“Estudios de las Escrituras II” – “The Time Is At Hand”, 1889 y 1909, reimpresión de 1919 de la edición de 1915, página 99).

Se declaró que las profecías de 1914 fueron erradas:

“The Watch Tower (La Atalaya), y las otras publicaciones de la Sociedad, por cuarenta años recalcaron que el año 1914 sería testigo del establecimiento del reino de Dios y la glorificación total de la iglesia. Durante ese período de cuarenta años, el pueblo de Dios en la tierra realizó un trabajo de testimonio, el trabajo del cual Elías y Juan el Bautista habían mostrado una señal. Todo el pueblo del Señor esperaba la llegada de 1914 con gozosa expectativa. Cuando ese tiempo llegó y pasó, hubo mucha desilusión, contrariedad y tristeza, y se criticó al pueblo del Señor. El clero y sus aliados en particular los ridiculizaron y se burlaron de ellos, porque habían hecho tantas declaraciones acerca del año 1914, y lo que ocurriría, y sus ‘profecías’ no se habían cumplido.” (“Luz” libro 1, 1930, páginas 194 y 136,194-195).

Algunas veces, cuando sus profecías resultaban falsas, como en la cita anterior, lo admitían en publicaciones posteriores de la Watchtower. Otras veces, como en la siguiente cita, trataban de escapar de la culpa, dando a entender que el error lo habían cometido los seguidores, no los líderes: “Muchos de ellos esperaban que viniera el Señor y los llevara al cielo, y habían establecido particularmente que sucedería en 1914. El año 1914 era una fecha señalada; pero éstos meramente esperaban que ocurriera algo que no se llevó a cabo.” (“Profecía”, 1929, página 89).

1918: El fin de los tiempos de los gentiles – destrucción de las Iglesias

Las iglesias y los miembros de las iglesias serían destruidos en 1918 y los Testigos de Jehová serían glorificados (“El Misterio Terminado”, 1917, páginas 404 y 485).

Se declaró que las profecías de 1918 fueron erradas:

“Sin embargo, repentinamente terminó la Primera Guerra Mundial. No condujo, como esperaban los estudiantes de la Biblia, a la revolución y anarquía mundial o a la batalla de Armagedón. Y los adoradores sinceros de Jehová, que estaban en el nuevo pacto con él por medio de su Mediador Jesucristo, se dieron cuenta de que aún estaban en la carne y sobre la tierra.” (“Man´s Salvation Out Of World Distress At Hand”, 1975, páginas 98 y 136).

1920: La desaparición de montañas, repúblicas y reinos

“Y las montañas no se encontraron. Aún las repúblicas desaparecerán en el otoño de 1920. Y las montañas no se encontraron. Todos los reinos de la tierra pasarán, serán consumidos en anarquía.” (“Estudios de las Escrituras VII” – “El Misterio Terminado”, 1917, página 258).

1925: El reino establecido en Palestina – El retorno de hombres fieles del Antiguo Testamento

“Por tanto, podemos esperar con confianza que 1925 marcará el retorno de Abraham, Isaac, Jacob y los fieles profetas de la antigüedad...” (“Millones que ahora viven nunca morirán”, 1918, páginas 89 y 90,97; “La Edad Dorada” – “Despertad”, 04/01/22, página 217).

“... existe evidencia de que el establecimiento del Reino en Palestina probablemente ocurrirá en 1925, diez años después de lo que calculamos una vez.” (“Estudios de las Escrituras VII” – “El Misterio Terminado”, 1917, página 128).

“No habrá error de cálculo... En el año 1925, Abraham tomará posesión real de su herencia prometida.” (“Watchtower”, 15/10/17, página 6157).

Las profecías de 1925 fueron erradas (también las de 1914 y 1918):

“El fiel pueblo de Dios en la tierra recalcó la importancia de las fechas 1914, 1918 y 1925. Hablaron mucho acerca de estas fechas y lo que sucedería en ellas, pero no ocurrió nada de lo que predijeron.” (“Vindication” libro 1, 1931, página 146; “Anuario”, 1975, página 146; “Watchtower”, 01/11/93, página 12).

1929: Se edificó una casa para el retorno de los fieles del Antiguo Testamento

“En San Diego, California, hay una pequeña porción de tierra en la que, en el año 1929, se construyó una casa que es llamada y conocida como Beth-Sarim. Las palabras hebreas Beth Sarim significan ‘casa del príncipe’; el propósito, al adquirir esa propiedad y construir la casa, fue que hubiera una prueba tangible de que en la tierra hoy existen personas que creen plenamente en Dios, en Jesucristo y en Su reino, y que creen que los hombres fieles de la antigüedad pronto serán resucitados por el Señor, volverán a la tierra y se harán cargo de los asuntos visibles de la tierra. Cuando el príncipe ocupara la casa sería una confirmación de la fe y la esperanza que habían motivado la construcción de Beth-Sarim.” (“Salvación”, 1939, páginas 311-312; “El Nuevo Mundo”, 1942, páginas 104-105).

1932: La derrota de la Cristiandad

La profecía sobre la derrota de la Cristiandad fue errada:

“The Watchtower” (“La Atalaya”) afirmó: “Ellos habían predicado que en una época temprana Dios derrotaría a la ‘cristiandad’. Muchos habían hecho énfasis en que 1925 sería la fecha, y cuando ésta no se materializó, la cambiaron a una fecha posterior, 1932. Otra vez, el año 1932 llegó y la ‘cristiandad’ no fue destruida...” (“The Watchtower”, 15/02/38, página 54).

1975: El principio del Milenio

La predicción de que el milenio empezaría en 1975, mostró obviamente que el liderazgo de la Watchtower ya no consideraba como válida la declaración de que el milenio había empezado en 1872. La nueva fecha refutó la antigua.

“De acuerdo a esta confiable cronología bíblica, seis mil años a partir de la creación del hombre terminarán en 1975, y el séptimo período de mil años de historia humana principiará en el otoño de 1975 de la era cristiana.” (“Vida Eterna en libertad de los hijos de Dios”, 1966, páginas 29 y en el cuadro de la página 35; “The Watchtower”, 15/10/69, página 623; “La Paz que se aproxima de mil años”, páginas 26-27; “Ministerio del Reino”, 03/68, página 4).

¿Quién estaba en lo correcto? ¿Russell, quien dijo que el milenio había empezado en 1872, o los líderes después de él, que predijeron el año 1975) El séptimo millar de años no podía empezar en 1975 si ya había empezado en 1872, más de 100 años antes.

El año 1975 también pasó, y con él, la esperanza de muchos Testigos de Jehová que habían creído en la profecía. ¿Qué opinas tú? ¿Terminó la batalla de Armagedón? ¿Ha sido atado Satanás? ¿Estás tú en el milenio ahora, o se equivocaron ellos las dos veces?

Aseguraron que en la década de los años 70 vendría sin falta el fin del mundo y la destrucción de todos los inicuos de la tierra (“Vida Eterna en libertad de los hijos de Dios”, página 29; “Asegúrese...”, página 443; “Despertad”, 22/04/72, página 26).

No podemos olvidar que la Palabra de Dios es muy clara en cuanto a las fechas del fin del mundo y anuncios proféticos de este tipo: “Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre” (Mt 24,36).

Otras predicciones

Anunciaron la caída del Papado para 1914 (“Estudio de las Escrituras”, 2ª serie 1889, página 356), resultando falso.

Desde 1932 enseñaron como verdad de Dios que los judíos nunca volverían a ser nación en Palestina (“Dios sea veraz”, 1946, página 209). Desde 1948 existe el Estado de Israel, siendo los judíos una nación poderosa en Palestina.

Profetizaron que en el año 2000 no existirían los Estados Unidos (“La paz de 1000 años que se aproxima”, 1969, página 23).

Consideraciones

Las personas que anunciaron todas estas falsas profecías declararon que habían basado la mayoría de ellas en la Biblia. ¡Cuidado! Las interpretaciones de esas mismas personas son la base de casi todas las doctrinas de los Testigos de Jehová.

Las falsas profecías demuestran incapacidad para interpretar la Biblia, por lo que en ningún caso podríamos hablar de “nuevo entendimiento” o revelación progresiva sino de revelación contradictoria y por lo tanto falsa, que resulta muy distinto.

Para defender su idea de “nuevo entendimiento”, los Testigos de Jehová se apoyan en la cita bíblica de Proverbios, capítulo 4, versículo 18: “La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento hasta llegar a pleno día”. El asunto es que no es lo mismo aumento de luz o conocimiento progresivo, que cambio de luz o revelación contradictoria que implica oposición a la verdad (2 Tim 3,7-9).

Indudablemente los dirigentes de la Watchtower se consideran profetas que hablan en nombre de Dios. Han afirmado siempre que la luz de Dios les comunica la verdad limpia y pura, que son guías de los últimos tiempos y que ven la verdad en exacta armonía.

Sin embargo, a la luz de la Palabra de Dios han resultado ser falsos profetas y falsos maestros (2 Pe 2,1).

Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos.” (Mt 24,11)

Predicciones no cumplidas, falsificaciones en la traducción de la Biblia, en su interpretación. Cotejando sus libros antiguos con los más recientes se desprende que han tenido que corregir y cambiar doctrinas antes afirmadas, fechas que han resultado falsas, etc...

Lo tienen que amañar todo y así silencian a sus seguidores lo que primero enseñaron o hicieron. Para muchos Testigos de Jehová la Casa de los Príncipes en California construida para acoger a los antiguos Patriarcas que iban a resucitar en 1925, ni existió; lo que antes era dogma de fe sin posible discrepancia bajo pena de expulsión por apostasía, luego resulta falso, se lo callan y a escribir otros libros que silencien la falsedad. Así escriben libros y libros sobre lo mismo. De esta manera, las personas sinceras son engañadas y se dejan engañar.

La Palabra de Dios nos dice: “Porque esos tales son unos falsos apóstoles, unos trabajadores engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo” (2 Cor 11,13).

El mismo Jesucristo nos advirtió con estas palabras y nos ordenó: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mt 7,15).


Conclusión


Con la autoridad que nos da la Palabra de Dios, desde un auténtico y verdadero amor a Dios, y como expresión de servicio y amor genuino hacia aquellas personas sinceras Testigos de Jehová que aman la Verdad por encima de todo, llegamos a la conclusión de que la Sociedad Watchtower, la organización de los Testigos de Jehová y sus dirigentes no son cristianos.

Son manipuladores de la Verdad y de la Biblia, y sus enseñanzas nada tienen que ver con las de Jesús y su Evangelio. En honor a la Verdad tenemos que concluir afirmando que son falsos profetas y falsos maestros con evidentes y demostradas vinculaciones ocultistas y espiritistas.

Cada uno de nosotros tiene la Palabra de Dios en sus manos y la responsabilidad de estudiar y comprobar personalmente lo que enseña. Tenemos que ser leales, honrados y valientes ante Dios para examinar la veracidad de lo que creemos y enseñamos a los demás, ya que será a Dios a quien tendremos que dar cuenta de todo.

Es importante seguir el ejemplo de la Iglesia de Berea: “Éstos eran de un natural mejor que los de Tesalónica, y aceptaron la palabra de todo corazón. Diariamente examinaban las Escrituras para ver si las cosas eran así” (Hch 17,11).

Es necesario “examinadlo todo y quedaos con lo bueno” (1 Tes 5,21).

Examinaos vosotros mismos si estáis en la fe. Probaos a vosotros mismos” (2 Cor 13,5).

Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo” (1 Jn 4,1).

Si no hacemos este estudio sincero y comprobación desde la Biblia quedaremos como cobardes ante Dios, el que nos advierte en su Palabra:

Así, pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.” (Mt 7,24-27)

Porque si en verdad amas a Dios por encima de todas las cosas, acogerás su Palabra y descubrirás su presencia salvadora en tu vida: “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn 14,23).

De esta manera, serás testigo de que Jesucristo es el único que puede calmar tu sed espiritual y el único que puede darte vida verdadera que no termina:

Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí, como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva.” (Jn 7,37-38)

Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” (Jn 8,31-32)

Dice Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.” (Jn 14,6)


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